Caminante, no hay camino: se hace camino al andar

Hace unas semanas muchos estudiantes dejaron atrás exámenes finales del instituto, la selectividad, universidad…Y suele ser una etapa en la que surgen muchas dudas y reflexiones sobre qué les deparará el futuro a medio-largo plazo. ¿A qué me quiero dedicar? ¿Estaré escogiendo la carrera adecuada?

Hace unas semanas muchos estudiantes dejaron atrás exámenes finales del instituto, la selectividad, universidad…Y suele ser una etapa en la que surgen muchas dudas y reflexiones sobre qué les deparará el futuro a medio-largo plazo. ¿A qué me quiero dedicar? ¿Estaré escogiendo la carrera adecuada? Preguntas que alguna vez en nuestra vida todos nos hemos hecho. Además, no es una pregunta que surja únicamente cuando iniciamos nuestro camino profesional, sino que en la actualidad, se ha vuelto habitual tener que replantearse la ocupación, ya que estamos en constante movimiento. Tras estas dudas, lo que realmente queremos averiguar es: ¿Qué elemento debe ser el mío? ¿Qué elemento me hace especial y a la vez me distingue del compañero? Si bien es cierto que en los últimos tiempos nos vemos empujados a escoger una determinada profesión en función de las necesidades del mercado ya establecido, también es verdad que si andamos todos por el mismo camino, ¿qué masa de gente tendremos dentro de unos años y, por tanto, cuál es la posibilidad de emplearse? Cuando iniciamos nuestro camino profesional, este debe construirse desde dentro hacia fuera, desde las necesidades de desarrollo basadas en las características personales de cada uno/a, de las habilidades así como de los deseos. Debemos buscar menos lo que hay alrededor nuestro e intentar penetrar en cuál es nuestro elemento vocacional. Me refiero a este “sentirse único”, sentir que uno tiene un “don” que te hace sentir bien con lo que haces y te dedicas. En definitiva, descubrir cuál es nuestra marca personal. El lograrlo puede pasar por muchos caminos, uno de ellos es el recibir asesoría de un profesional para que podamos contar con más elementos de juicio. Existen tests específicos que, combinados con sesiones individuales, pueden ser realmente útiles. Lo importante para recorrer cualquier camino es que no sabemos qué encontraremos, hay que decidirse a recorrerlo aún con la incertidumbre de lo que habrá.  Por eso, tal y como nos enseña el poeta Antonio Machado; Caminante, no hay camino: se hace camino al andar.  Irene Soler

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