En una relación de pareja se pueden ejercer dos tipos de maltrato: el físico y el psicológico. Respecto al físico, cada vez hay más concienciación en la población general de este tipo de violencia y sus fatales consecuencias, por lo que la condena y el repudio que causa es cada día mayor. Sin embargo, el maltrato psicológico está más “normalizado”, por lo que es más difícil de detectar y evidentemente, actuar frente a ello.
No obstante, en ningún caso se debe de pasar esto por alto, ya que este tipo de agresiones (que son las más frecuentes) anulan a la víctima del maltrato como persona, fruto de un proceso de desvalorización por parte del maltratador. Las consecuencias se ven reflejadas en sentimientos de culpa y soledad, estrés, ansiedad, insomnio, baja autoestima, tristeza, entre muchos otros.
Para detectarlo con mayor facilidad, hemos de atender si hay alguno de estos factores de alarma:
- Miedo a hablar con con la pareja por temor a su reacción;
- Te aísla (privarte de quedar con tus amistades o familiares);
- Te culpa de lo malo que le sucede; desprecia tus logros y te descalifica en presencia de otros;
- Te humilla, grita, insulta o amenaza si no haces lo que te pide;
- Controla tus planes y, finalmente, si te da miedo estar en su presencia (te asusta lo que te pueda hacer) es signo de que tu pareja te está maltratando psicológicamente.