En la última década el concepto ansiedad está a la orden del día tanto en la vida personal –familia, amistades, relaciones afectivas- como en el ámbito laboral. La mayoría de las personas tienen una ligera idea sobre qué trata este malestar, el cual si no se aborda con las herramientas adecuadas o en su debido tiempo, puede declinar en un trastorno de ansiedad o fobia. Actualmente la sintomatología es compartida cada vez más por miles de personas independientemente de su estatus socioeconómico. Mismos síntomas, diferentes fuentes de origen.
En cambio muchas otras no son conscientes de estar dentro del espectro ‘ansioso’, esto es debido a la normalización de una sociedad que evoluciona a gran velocidad y que no tiene tiempo para descansar y relajarse. El nivel de exigencias y competencias son cada vez mayor a la par que aumentan las preocupaciones, los miedos y las dudas de un futuro cercano. Muchos de estos factores son mas bien creados por la sociedad competitiva y consumista en la que nos vemos envueltos.
Por otro lado mencionar que la ansiedad es una emoción natural que comprende las reacciones que tienen los seres humanos ante la amenaza de un resultado negativo o incierto –Según la SEAS, sociedad española para el estudio de la ansiedad y el estrés-. Es decir, es una respuesta natural de nuestro organismo ante ciertas situaciones y contextos que creemos no controlar.
‘La ansiedad se caracteriza por una preocupación, miedos, nerviosismo e intranquilidad excesiva. Se transforma en un problema o malestar significativo cuando los síntomas se agudizan en el tiempo o se convierten en un estado crónico, el cual dificulta o imposibilita nuestro vida diaria. Afectando al plano físico, emocional y conductual, deteriorando la capacidad adaptativa de la persona.’
A continuación presentamos brevemente cuales son los síntomas. No mencionaremos los tipos por prevenir un autodiagnóstico erróneo por parte de los lectores. La siguiente lista solo es orientativa e informativa. En caso de cualquier duda o sentirse identificado en la mayoría de los síntomas acuda a un profesional de la salud mental.
¿Cuáles son los síntomas?
Físico: sudoración, sequedad bucal, mareos, inestabilidad, temblores, tensión muscular, cefaleas, taquicardias, palpitaciones, ahogo o dificultad respiratoria, estreñimiento, diarrea, problemas en la esfera sexual
Psicológicos y conductuales: excesiva preocupación y aprensión, sensación de agobio, miedo a perder el control, miedo a volverse loco o sensación de muerte inminente, irritabilidad, inquietud, conductas de evitación de determinadas situaciones, obsesiones, compulsiones, inhibición o bloqueo psicomotor
¿Por qué acudir a un profesional de la salud mental?
En ocasiones nuestro propio malestar y desequilibrio emocional nos impiden observar y utilizar nuestras herramientas para gestionar las dificultades en la búsqueda del bienestar. Además de, no conocer la diversidad de recursos que puede haber para solventar dicha problemática.
Dentro del equipo de CEPFAMI tenemos profesionales los cuales se encargan de realizar un acompañamiento personal y un programa terapéutico adaptado para gestionar la ansiedad y las fobias aplicando ejercicios de respiración consciente y ‘mindfullnes’.
Claudia Kösler