El término estrés deriva del latín stringere, que significa provocar tensión. En física se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto, que puede romperlo o deformarlo.
Para nosotros, el estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos adversos, los cuáles implican un sobre-esfuerzo para el individuo, provocando así un agotamiento de los recursos propios de afrontamiento.
En muchas ocasiones, ansiedad y estrés se utilizan como sinónimos, entendiendo en ambos casos un mismo tipo de reacción emocional, caracterizada por una alta activación fisiológica. Además del malestar subjetivo que todo ello conlleva.
Sin embargo, encontramos divergencias al respecto. El estrés es un proceso más amplio en cuanto a la adaptación del individuo al medio. En cambio, la ansiedad, ya descrita en anteriores entradas en este blog, es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Es decir, a diferencia de la ansiedad, el estrés hace referencia a cualquier exigencia ambiental que nos produce tensión en situaciones muy amplias, por ejemplo una boda, un divorcio, un viaje, alta carga de trabajo laboral…son todos cambios que exigen una adaptación de la persona al medio.
El estrés nos genera cambios a nivel fisiológico como aumento de la tensión arterial, necesidad de movernos más rápido, incremento de la tensión corporal, cambios a nivel emocional y comportamental.
Entonces, ¿cómo puedo diferenciar si padezco de ansiedad o estrés?
Un ejemplo que entenderán muchos estudiantes: cuando estamos delante de un examen y lo vivimos como una amenaza, puede que esa asignatura no nos motive del todo. En este caso, probablemente empezaremos a tener síntomas de ansiedad o diremos que estamos ansiosos o nerviosos. Pero si hablamos de la época de exámenes, diremos que estamos estresados.
Habitualmente cuando hablamos de trabajo, hacemos referencia a estrés laboral y nunca hacemos referencia únicamente a la ansiedad. Solo hablaremos de ansiedad cuando estemos en una situación de riesgo.
Cuando uno se siente estresado es probable que pueda identificar la situación que le produce estrés, ya sea el trabajo, la pareja, la familia…Pero en cambio, cuando nos sentimos con ansiedad no sabemos identificar una situación o motivo en concreto.
¿Cómo poder identificar si padecemos de ansiedad o estrés?
Reflexionar, buscar el origen del problema para poder reducir los síntomas que nos generan tanto malestar. Por esto, será primordial identificar y abordar la punta del iceberg para posteriormente sumergirse en las profundidades del problema.
Es cierto, no es tarea fácil hacer este ejercicio de autoreflexión y autoconocimiento, pero esto te dará las pistas para llegar a la resolución del problema.
¿Por dónde empiezo?
Debemos plantearnos las siguientes preguntas:
-¿Qué es lo que más le preocupa?
-¿Desde hace cuanto tiempo me siento así?
-¿En qué pienso cuando estoy preocupado?
-¿Qué siento ante determinadas situaciones que me generan malestar? Una vez hayamos identificado nuestras emociones más reactivas, ya podemos plantearnos ante qué situaciones no nos sentimos bien. Además, este ejercicio se hará más útil si lo compartimos con alguien que nos sirve de apoyo y a quién le podemos explicar como nos sentimos. Irene Soler
-¿Desde hace cuanto tiempo me siento así?
-¿En qué pienso cuando estoy preocupado?
-¿Qué siento ante determinadas situaciones que me generan malestar? Una vez hayamos identificado nuestras emociones más reactivas, ya podemos plantearnos ante qué situaciones no nos sentimos bien. Además, este ejercicio se hará más útil si lo compartimos con alguien que nos sirve de apoyo y a quién le podemos explicar como nos sentimos. Irene Soler