Poliamor ¿Un error de concepto?

Siguiendo este camino de la idealización de las relaciones poliamorosas, parece que sean las más saludables del mundo, la cúspide de la sinceridad, la confianza y la comunicación. Pero ¿es que acaso no existen esos pilares en una relación monógama?

El objetivo de este artículo es dar un par de vueltas al concepto de Poliamor. Como decía Plutarco, la mente no es un vaso que llenar sino una lámpara que encender, por eso vamos a hacerla funcionar. Últimamente se está idealizando el concepto de poliamor. Lo primero que me gustaría aclarar es que el poliamor no se debe comparar con la monogamia o cualquier otro tipo de relación, sino que se trata de una opción más, diferente de las otras, pero en ningún caso mejor o peor. Habrá gente a quién le funcionará y gente a quién no. Sin embargo, parece que en nuestra sociedad existe un error de concepto por lo que subyace a este término. Vivimos en un círculo donde las personas cada vez más optan por tener relaciones distantes antes de comprometerse en una relación monógama. La gente tiene miedo al compromiso de modo que como excusa y por falta de conocimiento se esconden bajo el término “poliamorosos” sin saber lo que están dañando el concepto. Para empezar, se debe separar una relación poliamorosa del sexo. El poliamor consiste en amar a varias personas, no sólo en tener sexo con ellas. Se basa en el establecimiento de conexiones profundas y estables con diferentes personas dónde se pueda ser uno mismo, en un ambiente de honestidad, congruencia y exploración no solo sexual sino también personal. Con cada miembro de la relación se tiene un compromiso, incluso puede haber un compromiso global, puede haber una pareja principal y que las demás sean secundarias, no haber pareja principal y un largo etcétera de casos. Sin embargo la relación y el vínculo que se establece con cada persona es distinto, el sexo no tiene que ser todos con todos (de hecho no lo suele ser) y existen normas (en general) que limitan con quien te puedes acostar, con quién no, si debes notificarlo… Alejado de esta concepción hay muchas personas que hacen uso del término poliamor como coartada para practicar la no monogamia, sin respetar los conceptos de honestidad, lealtad y ética que el poliamor promueve. Lo que buscan es acostarse con diferentes personas, sin buscar ningún vínculo ni conectar íntimamente.
Además, a esto se le junta una presión social para ser “guai” y moderno que confunde. Parece que hoy en día, sobre todo para los jóvenes, el poliamor sea el summum del empoderamiento y la libertad. “Siéntete mal por tener una relación tradicional” eso ya no se lleva. Lo que se lleva es consumir una relación tras otra, relacionada con satisfacer nuestras necesidades, cosificar al otro. Hay una falta de compromiso, las relaciones se quedan a la superficie y nos cansamos rápido, nadie nos llena, iniciamos otra. Pero…¡esto no es poliamor! Siguiendo este camino de la idealización de las relaciones poliamorosas, parece que sean las más saludables del mundo, la cúspide de la sinceridad, la confianza y la comunicación. ¿Pero es que acaso no existen esos pilares en una relación monógama? ¿En personas con relaciones abiertas? A menudo se le otorgan unas características diferenciales que realmente no lo son. Pero todo esto no pretende ser un crítica al poliamor sino sacar a la luz los errores de concepto debidos a la falta de información y los prejuicios impuestos por un esquema social que no es real, porque para llevar una relación poliamorosa se debe ser muy inteligente emocionalmente, debe haber un trabajo personal y de gestión emocional y eso no se enfatiza cuando se habla sobre este concepto. El problema sigue siendo que no se nos educa a nivel emocional. A la gente le da pavor el amor, tienen miedo a enamorarse, nos da miedo sentir y eso es debido a que no somos capaces de entender el conjunto de sentimientos complejos que el amor conlleva. Muchas veces no sabemos qué estamos sintiendo, se nos presentan los sentimientos y emociones como una bola enorme y no somos capaces de comprenderlos.  Gestionar el poliamor significa tiempo y dedicación, darse cuenta de muchas cosas que tienes en tu interior que pensabas que estaban controladas pero que de repente salen a la luz. Las personas poliamorosas siguen teniendo problemas de celos y de envidias. Al fin y al cabo los celos son miedos e inseguridades nuestras que debemos trabajar, independientemente del tipo de relación que tengamos. El poliamor implica el trabajo emocional en uno mismo, romper con muchos de los valores que nos han ido imponiendo durante toda la vida, trabajar en la educación emocional que no recibimos, implicando un gran crecimiento personal y relacional. En definitiva, este modelo relacional debería destacar debido al profundo conocimiento sobre uno mismo que implica y que facilita la relación con los demás y la gestión emocional de uno mismo, proceso que deberíamos hacer todos, independientemente del tipo de relaciones que tengamos. Marta Noguera Argerich

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