¿Por qué es tan importante una buena relación entre padres e hijos?
La familia es el núcleo más importante y más influyente en el niño, por lo tanto, cómo se relacionen los padres con los niños, condicionará como serán de adultos, su personalidad, su forma de relacionarse con los demás y su forma de vivir. Construir una buena relación con los hijos es una tarea difícil ya que nadie nos ha enseñado como ser padres y requiere un continuo trabajo y mucha paciencia y dedicación por parte de ellos. Es muy relevante que los padres actúen desde el nacimiento del niño que es cuando se inicia esta relación, intentando actuar de la manera más correcta y evitando en lo posible las conductas disruptivas, todas aquellas conductas que pueden dificultar el funcionamiento de la familia.
Aunque no existe la perfección en las familias, ya que tampoco existen las personas perfectas, los padres sí que pueden tener en cuenta algunas pautas que pueden fomentar la relación con sus hijos. En primer lugar, los padres deben de dar ejemplo, creando un clima positivo en el hogar donde no haya discusiones ni se alce la voz, y que exista espacio para el diálogo, es decir, donde haya comunicación y la posibilidad de expresar pensamientos y sentimientos. En este punto, podríamos destacar la empatía, que se podría definir como ponerse en el lugar del otro, y la escucha activa, que es escuchar lo que otra persona nos está diciendo y comprender sus pensamientos y sentimientos, dos habilidades necesarias para que se pueda dar una buena comunicación y para ganarnos la confianza de los hijos. Por otro lado, que exista afecto y muestras de cariño es muy importante, los padres deberían de expresar el amor a sus hijos, éstos necesitan sentirse queridos igual que todas las personas en este mundo. También deberían mostrar interés en las actividades diarias que hacen los niños, con qué amigos se relacionan, cómo les ha ido el día, es decir, no perder esa conexión con su hijo e intentar conocerle cada día un poco más. Por último, es muy positivo dedicarles tiempo y organizar actividades al aire libre: ir de excursión, a la playa, al cine, hacer deporte, etc., disfrutar de esos pequeños momentos en familia y desconectar del día a día.
Para finalizar, destacaría la importancia de una buena relación entre padres e hijos en el sentido de que si los padres han logrado este aspecto en sus casas, seguramente no tendrán muchos problemas con sus hijos en el futuro. En cambio, en las familias que no exista comunicación o haya una deficiente relación se podrían dar los siguientes problemas en los hijos: baja autoestima, bajo rendimiento académico, falta de motivación, rebeldía, abandono del hogar en edad temprana, relacionarse con malas compañías, relaciones sexuales más tempranas y riesgo de adicción a drogas y alcohol. En definitiva, los padres son los principales responsables de las conductas de sus hijos, y lo que hagan creará en cierta manera su futuro.
Jessica Gálvez