La pareja. Un tema que suele ser de los que más dan que hablar por todo el mundo. Las relaciones amorosas, sea durante la juventud o durante la edad adulta, habitualmente ocupan un gran espacio de mucha importancia en nuestras vidas. Forman la base de la cual empieza una vida compartida y de la que puede construirse una familia.
En una pareja no dejen de existir dos individuos, con sus propias creencias, valores e intereses, que a veces no coinciden completamente entre si. Por eso, a menudo pueden empezar a haber más y más discusiones. Además, nuestra pareja puede convertirse en zona de confort, donde muchas veces uno se siente cómodo demostrando tanto su mejor como su peor comportamiento.
A causa de varios “estresores” que cada uno experimenta (la convivencia, la vida rutinaria, las responsabilidades de los hijos, el trabajo, las relaciones familiares, las amistades, etc.) se hace más fácil estallar la frustración y activar el enfado en la pareja. El resultado es el daño del vínculo entre esta, empeorando y desgastándose con el tiempo.
La mayoría de parejas esperan demasiado tiempo antes de buscar ayuda, intentando distintas maneras de aliviar los problemas. Aunque esta estrategia puede resultar útil a veces, otra termina por aumentar los niveles de insatisfacción y malestar.
La terapia de pareja facilita recursos que pueden ayudar a resolver varios conflictos dentro de la pareja. Ofrece un espacio seguro y terapéutico donde se trabaja en equipo promocionando la expresión y la adecuada comunicación, abordando las dificultades con la atención y el tiempo necesario.
La terapia de pareja no solo sirve cuando hay problemas en la relación, sino también cuando uno de los miembros experimenta dificultades propias que necesitan más atención y por consecuencia pueden causar algún tipo de efecto en su pareja.
Posibles motivos para acudir a terapia de pareja:
- Problemas de comunicación
- Problemas de convivencia
- Infidelidad
- Celos
- Insatisfacción sexual
- Problemas sexuales
- Problemas con las familias extensas y de origen
- Agresividad y violencia (física o verbal)
- Dependencia emocional
- Divorcios/Separaciones difíciles
- Problemas con el manejo de los hijos
- Ansiedad
- Depresión
- Otros trastornos mentales
- Enfermedad